Es el canal por el cuál
serán enviadas y recibidas las señales transmitidas de la estación terrestre al
satélite y de este a la estación terrestre. Las señales llegan al satélite
desde la estación en tierra por el "haz ascendente" y se envían a la
tierra desde el satélite por el "haz descendente". Para evitar
interferencias entre los dos haces, las frecuencias de ambos son distintas. Las
frecuencias del haz ascendente son mayores que las del haz descendente, debido
a que cuanto mayor sea la frecuencia se produce mayor atenuación en el
recorrido de la señal, y por tanto es preferible transmitir con más potencia
desde la tierra, donde la disponibilidad energética es mayor.
Para evitar que los canales
próximos del haz descendente interfieran entre sí, se utilizan polarizaciones
distintas. En el interior del satélite existen unos bloques denominados
transpondedores, que tienen como misión recibir, cambiar y transmitir las
frecuencias del satélite, a fin de que la información que se envía desde la
base llegue a las antenas receptoras.
En un canal de comunicación
vía satélite, existen dos índices de medida de prestaciones:
THROUGHPUT: Para obtener un
throughput elevado es necesario minimizar el número de retransmisiones. Esto es
especialmente importante si se emplea un control de flujo basado en un
GO-Bask-N.
COSTE: El coste de una
estación terrena es proporcional al nivel de potencia requerido en la transmisión
de datos. Por esta razón habría que minimizar este nivel de potencia a la vez
que se mantiene la relación señal a ruido en el receptor.
Las ráfagas de errores
afectan negativamente a las prestaciones de las capas ATM y AAL, para resolver
este problema existen dos soluciones:
1.- Empleo del código
Reed-Solomon externo sobre una codificación convolucional y decodificación de
Viterbi de tal forma que los códigos externos corrijan los errores producidos
en los códigos internos. El principal problema es que los códigos externos
consumen ancho de banda (del orden 9 por 100 a 2 Mbps).
2.- Empleo de técnicas de
entrelazado, los códigos CRC de las capas ATM y AAL son capaces de corregir
errores de un bit. Por tanto si los bits de N cabeceras se entrelazan antes de
la codificación, la posible ráfaga de errores se habrá extendido sobre N
cabeceras de tal manera que es muy probable que a cada cabecera le afecte
solamente un bit. El precio a pagar es un mayor retardo.
De estas dos opciones la que
mejor resultados ofrece es la codificación RS, de hecho pruebas realizadas en
la banda C a 2,048 Mbps han conseguido tasas de error de 10 a la menos nueve
durante el 99,96 por 100 del año incluso en zonas de alto nivel de
precipitaciones
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